sábado, 10 de noviembre de 2012

ALGUNOS DATOS DE INTERÉS E IDEAS SOBRE LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA

Los trastornos del comportamiento alimentario (TCA) son hoy en día la tercera enfermedad crónica entre la población femenina adolescente desarrollada.

El deporte de élite femenino está considerado una actividad de riesgo para padecer TCA. La prevalencia de anorexia nerviosa es del 3-7%.

Cada vez son más los varones afectados por los trastornos del comportamiento alimentario.

Los trastornos más frecuentes asociados a los TCA son los trastornos depresivos y los de ansiedad.

Existe un alto grado de relación entre los trastornos de personalidad y los trastornos de la conducta alimentaria.

Los índices de obesidad y sobrepeso nos sitúan, según la OMS, ante una grave "epidemia". Superan el 50% de la población española.

La cultura y la publicidad influyen sobre los TCA. Son las mujeres quienes más reciben influencias publicitarias de los ideales de belleza.

Los jóvenes y las mujeres a partir de los 50 años son los perfiles que más suelen utilizar las denominadas dietas milagro.

Muchos adolescentes utilizan conductas poco saludables para el control del peso como saltarse comidas, ayunar, fumar tabaco, vomitar, etc.

El 97% de las personas que sufren un TCA, han realizado o realizan una dieta restrictiva sin supervisión médica.

Aproximadamente un 20% de la población española no desayuna o sólo toma líquido y/o fruta.

España es el 1er país de Europa donde más intervenciones quirúrgicas se realizan por insatisfacción corporal. Y 4º del mundo detrás de EEUU, México y Argentina.

Alrededor del 75% de las personas que presentan un alto riesgo de padecer un TCA presentan niveles muy bajos de autoestima.

La distorsión de la imagen corporal se asume como factor de riesgo para un posterior TCA y depresión.

La investigación futura tiene que ir en la línea de averiguar por qué unos adolescentes se sienten obesos y otro no y cómo prevenir el malestar psicológico producido por la insatisfacción corporal.

Una menor presión social por la imagen corporal mejoraría la salud de las personas.

La detección precoz de los síntomas depresivos y su tratamiento previenen futuras apariciones de trastornos de la conducta alimentaria.

El gobierno debe regular la publicidad de productos destinados a la pérdida de peso y llevar a cabo planes efectivos de promoción de la salud.




Fuente:

"Cuando no gustarse hace enfermar"
Octubre 2008.
Autor: Fundación Imagen y Autoestima.


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