jueves, 22 de diciembre de 2011

CÓMO PREVENIR LA FASTIDIOSA LESIÓN DE ISQUIOTIBIALES


Varios estudios han demostrado que la lesión de isquiotibiales es más frecuente en deportes donde la manifestación de fuerza predominante es la fuerza explosiva y la velocidad (Dretzner et al. 2005). Las recaídas de esta lesión está entre un 12-31% siendo entre el semimembranoso, semitendinoso y el bíceps femoral, éste último el que con mayor frecuencia se lesiona (Conell et al. 2004)

El causante de la rotura de isquiotibiales parece ser el rápido paso de una acción de flexión a una acción de extensión.

La lesión media de isquiotibiales es de 17 días, siendo las más severas de hasta unos 25-36 días (Brooks et al. 2006) Rahnama et al (2003) realizó un estudio donde demostró que la fatiga provoca mayor riesgo de lesión por la disminución de fuerza en la musculatura isquiotibial, sobre todo en la fase excéntrica (ante el estiramiento).

Los deportistas que realizan en sus deportes acciones con mayor manifestación de la fuerza explosiva están más expuestos a roturas de fibras en los isquiotibiales (Woods et al. 2004)

Otro aspecto importante que hay que tener en cuenta es la cantidad de lesiones que se ha sufrido de isquiotibiales, ya que la musculatura nunca vuelve a ser la misma debido a las calcificaciones por las cicatrices originadas (Garret et al. 1989)

La mayor cantidad de recaídas se sufren durante las dos primeras semanas de vuelta a la actividad, por eso es necesario una completa recuperación.
Son riesgos de lesión en la musculatura isquiotibial según Gabbe et al. (2006):
- Deportistas que hayan tenido ya roturas previas.
- Deportistas que tengan debilidades o desequilibrios musculares.
- Deportistas que superen los 25 años de edad.
- Acortamientos musculares.
- Fatiga acumulada/no descanso.
- Malos hábitos de vida saludable.

Son factores que inciden en la buena recuperación y readaptación a la actividad: una buena alimentación, descanso óptimo, no beber alcohol y no pasar muchas horas de pie.

El entrenamiento excéntrico trata de someter al deportista a un "efecto protector" ante tensiones elevadas (García-López, D. 2007)

Brook et al. (2006) realizó un estudio con tres grupos (A, B y C) de entrenamiento de jugadores de Rugby con el objetivo de prevenir las lesiones de isquiotibiales. El grupo A realizaba ejercicios clásicos de fortalecimiento, el grupo B realizaba ejercicios de fortalecimiento, más estiramientos convencionales y el grupo C realizaba ejercicios de fortalecimiento, estiramientos y un ejercicio de trabajo excéntrico llamado "Nordic hamstring". Los mejores resultados los obtuvo en el grupo C.


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