jueves, 13 de diciembre de 2012

UN ROMPEPIERNAS DIFÍCIL DE OLVIDAR

Son las 04:00h de la mañana y el despertador suena. ¿Qué pasa? Ostras...Bufff...¡Qué rápida ha pasado la noche! Apenas he dormido 5 horas. Me incorporo de la cama, me visto y lo primero que hago es ir al baño. Los ojos no se abren. Me echo un poco de agua fría. Al fin lo hacen. ¡Hoy es el día! Ya tenía ganas de que llegara. Desde Mayo pasado no participo en un ultratrail. Durante este tiempo todo han sido carreras de montaña de media distancia (17km, 21km, 25km,...) Hoy día 8 de diciembre de 2012 lo voy a marcar bien en mi calendario. Segundo ultra y espero que sea sólo uno entre muchos. Salgo del baño y voy directo a la cocina. El desayuno me espera. Me preparo un buen bol de leche sin lactosa con cacao y le añado un buen puñado de muesli. ¡Qué pinta! Entre cucharada y cucharada pienso en la carrera, en el tiempo, en los posibles contratiempos, en las piernas, en la rodilla, en los límites, en la marca personal, en mi gente,...Abro el frigorífico y me preparo una tostada con pavo y queso. Me como dos plátanos. Una naranja. ¿Y si me hago un buen plato de pasta? Cojo la olla la lleno de agua y la pongo al fuego. Coloco un buen puñado de pasta, sal, aceite y dejo que hierva. Una vez hecha le añado un poco de tomate. Mmm...rica rica rica!!! Ahora sí!!! Ahora estoy listo. Sólo falta llenar el botellín de agua e isotónica. Cojo las mochilas, las salomon, el iphone, el gps, los auriculares, el reflex, los dátiles, los frutos secos, unos pares de calcetines de repuesto, otra camiseta, un chaleco, un cortavientos, una gorra, una braga, unos guantes, las calzas, las mallas,...

Ya estoy en carretera, me esperan 80 kilómetros hasta Chiva. Conecto la radio. Ufff. Mejor conecto el iphone. Suena "Still loving you" de Scorpions. ¡Temazo! Me dejo llevar. Va pasando la música y parece que no pienso en nada. Mente en blanco. Ya he llegado. Busco una gasolinera y pregunto por el Ayuntamiento. Un señor, muy amablemente, me indica. ¡Recto hasta la rotonda y hacia arriba! Doy la vuelta y me dirijo hacia el lugar. Busco aparcamiento. Salgo del coche...y ¡Vaya tela! ¡Frío, es poco! La que nos espera...Llego andando al Ayuntamiento entre la oscuridad de la mañana. Me cruzo a una pareja de policías. ¡Buenos días! Una vez dentro recojo la bolsa del corredor. Busco el dorsal. Soy el 408. Me gustan los números pares. ¡Es mi día! ¡Ojalá! Vuelvo al coche, dejo la bolsa y me preparo. Me coloco el dorsal en la parte frontal del cortavientos. Ufff. No estoy convencido. Luego cuando salga el sol pasaré calor y tendré que quitarmelo y volver a recolocarme el dorsal. Al fin me decido por salir con dos camisetas, braga, guantes y gorra. Vuelvo al ayuntamiento al trote para comprobar mis piernas. Parecen descansadas. Me coloco en línea de meta y ya estamos todos preparados. Unos calientan. Otros estiran. Otros hablan. Otros callan. Mientras el speaker empieza con su discurso. La música suena. Los pelos se erizan. Los corredores nos miramos y nos sonreímos. Nos deseamos suerte. Nos damos la mano. Y cuenta atrás...10,9,8,7,6,5,4,3,2,1...¡A correr!





 

Intento salir rápido y mantenerme en los grupos de cabeza hasta el final del pueblo donde bajo el ritmo y ya empiezo mi carrera. Busco una media de 155-160 puls/min en mi gps. Me mantengo en esa franja. Las sensaciones son buenas. Intento ir al lado de alguien con frontal, ya que la oscuridad aún está presente. Hace frío, mucho frío. Pero soy consciente que una vez salga el sol el frío no será tan intenso. Buah! Tropiezo. Pero no caigo. Es lo que tiene ir a oscuras. Sigo corriendo. De repente noto unas pisadas detrás de mi que me siguen a todas partes. Me giro. "Tu vas a ser quien me lleve a meta". ¿Yo? 



Empieza lo fuerte, llevamos 1,7 km y empezamos a subir por la senda el azagador de la Centinela. 200 metros con un 22%. Disminuye la pendiente durante 1 km aproximadamente y continuamos con la siguiente subida fuerte. La Senda de Carcalín nos espera para rematar la dureza hasta el primer control durante 700 metros con un 19%. La luz del día aparece. Llegamos hasta la Balsilla y en el kilómetro 7 empezamos a bajar por camino con muchas piedras hasta el primer control situado en el kilómetro 9, en la Fuente Tornajos. ¡Que frío! Me como un trozo de membrillo y lleno de bebida isotónica el botellín y sin más demora parto de nuevo. Me doy cuenta que en las bajadas "mi compañero" se queda atrás pero una vez llegados al control volvemos a encontrarnos. Me pregunta si sé lo que hago. Si realmente llevamos el ritmo adecuado. Yo le contesto que si quiere apretar que lo haga. Yo me mantengo firme en mi estrategia. Decide seguir conmigo. Parece que formamos un buen equipo. Hablamos de vez en cuando y eso nos distrae de la dureza del terreno. 







Llaneamos un poco por camino hasta el inicio de la senda de Malos Pasos, en el kilómetro 10, donde empezamos a ascender durante 1600 metros con un 20%. Vamos todos de uno a uno andando deprisa y utilizando nuestras manos en los muslos para ayudarnos a subir. Se nota que empieza la dureza. Aún así las piernas van respondiendo y me siento bien. Voy bebiendo de vez en cuando para evitar la aparición de la sed. Una vez arriba volvemos a llanear por el lomo de los Tramusales. Una vez allí nos desviamos por el PR 385. En esta zona se corre muy cómodo y fácil. Recupero y me como unos pocos frutos secos para recuperarme de la fuerte subida. Bebo un buen trago de agua e isotónico. Sigo corriendo junto a mi compañero. Empieza el kilómetro 13 e iniciamos el descenso durante 700 metros con un 22% de fuerte bajada. Una vez más me alejo de mi compañero hasta el siguiente control en Fuente Umbría, en el kilómetro 15, donde paro a comer un poco más de membrillo y a rellenar de nuevo el botellín. De nuevo veo llegar a mi compañero y espero a que se hidrate y coma algo. Juntos volvemos a partir. Esta vez hacia el Tendero Parra. Ya no se nota tanto el frío. Hemos entrado en calor.
Bajamos primero por el barranco de Ballesteros. Una vez cruzado empezamos a subir alrededor de 1500 metros con un 30% de subida por la senda del Rincón de la Campana. Agotadora. Me falta el aliento. Me cuesta respirar pero las piernas funcionan. Paso a paso sigo subiendo y me giro para comprobar que mi compañero sigue ahí. Le hago un guiño. Me lo devuelve. Parece que la cosa va bien. A mitad subida paro durante un segundo para dar un trago de agua. Tengo la boca seca. Se nota que el cuerpo va al límite pero queda muy poco para llegar arriba y poder coger aire y recuperar. Ya hemos llegado. Ufff. Pensaba que no se terminaba. Ahora toca bajar por la senda de Bojet durante 1800 metros aproximadamente con una pendiente del 20-24% hasta el Tendero. Me vuelvo a alejar de mi compañero debido a la larga bajada. Esta vez por bastante tiempo. Una vez llego al control paro a orinar y me como un plátano, dos trozos de naranja y unos cuantos frutos secos con algo de chocolate. Vuelvo a llenar el botellín de bebida isotónica. En la mochila aún me queda agua. No veo aparecer a mi compañero y decido salir sin antes echarme un poco de reflex en la rodilla maltrecha. El dolor ha empezado a aparecer. Y lo peor es que también empieza a molestar la otra rodilla. Decido buscar mis auriculares en la mochila. Conecto el iphone e inicio la lista "Sierra de Chiva". Me esperan unos temazos musicales que espero que me sirvan para engañar a la mente. El primero, "Somebody That I Used to Know".





Kilómetro 23,8 y de nuevo empezamos a ascender. Me engancho con dos veteranos. Un corredor de Castellón del Club Marató i Mitja y otro de nacionalidad italiana. Los dos por delante de mi a buen ritmo. Nos espera una fuerte subida después de los primeros 2000 metros de la Parra. Durante 700 metros, un 26% de subida con alguna cuerda que otra nos quita el aliento. A mitad subida me dejan pasar. Llevo muy buen ritmo y me encuentro fuerte. Pero casi llegando a Cintos de Charnera noto que necesito parar a beber. Me tomo un gel. Dejo pasar a mi paisano e intento seguirlo. Es inútil. Se va alejando. La zona se va haciendo cada vez más hostil. Hay que ir con precaución. Pienso que en la bajada puedo cogerlo y así llevar compañía durante un tiempo, pero durante los 1000 metros de Peña Alta no llego a tener noticias de él. Buff. Si que ha apretado. ¿O igual estoy yo bajando de ritmo? Me miro el gps. Llevo un ritmo medio de 7min/km aproximadamente. No quiero superar los 8min/km de momento. Perfecto. Seguimos así. Una vez llegamos al Rincón de Blanca nos espera una fuerte bajada con 500m al 24%. Después sólo toca llanear hasta el siguiente control. Kilómetro 31,5. Ya estamos en el ecuador de la carrera. Ya estamos en la Fuente Alándiga. ¡Vaya control! Mmm. Sandwiches de jamón y queso, chocolate, frutos secos, plátanos, naranjas y Coca-cola. ¡¡¡Necesito un buen trago de Coca-cola!!! Cuando acabo de beber...¡Yeeeeeeeee tu makina! ¡Qué sorpresa! Mi antiguo compañero. Me alegra saber de él. Seguimos bebiendo y comiendo. Tardamos alrededor de 5 minutos antes de partir. Vuelvo a aplicarme un poco de reflex en las rodillas. Estiro cuádriceps, isquiotibiales, gemelos y glúteos. Respiro profundamente y pregunto a un miembro de la organización por la cabeza de carrera, simplemente por curiosidad. Han pasado hace aproximadamente 1 hora. ¡Vaya tela! ¿De qué están hechos? 




Partimos juntos y empezamos el ascenso. Me golpeo con las manos las piernas para despertarlas. Vuelvo a colocarme la música. 1700 metros de subida con 400 metros al 24% nos vuelve a romper las piernas y el aliento. Por senda poco corrible llegamos al observatorio forestal de las Yerbas. Nos encontramos a una altura de 1023m. Si no recuerdo mal, nos espera una orquesta espectacular. Me quito la música para escucharla y junto a varios corredores saltamos y bailamos durante algunos segundos al son de la música. ¡Que cracks! (Igual no estaba en esta subida y era en el anterior tramo, ya no lo recuerdo bien) Miro hacia atrás para animar a mi compañero. Parece estar bien. Nos unimos a una corredora. Empezamos a descender pasando por la Vereda Real, el collado de la Junquera y finalmente por azagador del Buey. Durante aproximadamente 1800 metros con un 16% llegamos a Fuente la Cabra. Llegamos al Enebro donde por buen camino llegamos al próximo control, sin antes descender por el barranco Grande cruzando en varias ocasiones el arroyo. Ya estamos en el Pocico Tendero. Kilómetro 40,5. ¡Oh sí! ¡Bebida energética! Me tomo una de un trago y me doy cuenta que mi compañero sigue detrás. Él se toma otra. Estiramos rápido. Tomo unos trozos de chocolate y frutos secos y lleno mi botellín de isotónico y mi mochila de agua. ¡Y anda! Me vuelvo a encontrar con mi paisano, el corredor del club Marató i Mitja. Hablamos. Me pregunta qué tal. Recuperamos el aliento mientras comemos. Y no tardamos mucho en prepararnos para partir. Vuelvo a estirar. Suelto piernas. Lleno la mochila de más chocolate y frutos secos. Y decido comerme un plátano. Lo necesitaré por si aparecen los temibles calambres. Partimos.

Me quito la música. Parece que me están agobiando algunos temas. No sé. Tengo sensaciones raras. Las piernas las noto cansadas. Bebo un poco y empezamos a subir hasta el corral de Martín continuando por la senda de Balbasquer. Empiezo a adelantar a corredores. El cansancio se palpa. Cuesta cada vez más subir. Observo a un corredor sentado. Le pregunto. Parece que está bien. Sólamente descansa. ¡Animo! Miro atrás. Miro delante. Queda muy poco. Vuelvo a pasar a dos corredores y me miran fijamente. Sonreimos, por no llorar. Aparecemos de nuevo en la Vereda Real (PR 300) y llegamos a la senda de Mal Viaje. Una vez arriba vuelvo a hidratarme y cruzo algunas palabras con mi compañero. ¡Esto es muy duro! Me dice que no sabe si va a llegar. Le digo que si. Toca bajar con un 18% de pendiente durante 1300 metros de senda. Me siento cómodo en las bajadas. Voy rápido. Me alejo de mi compañero y alcanzo a corredores que van por delante. Eso sí, no quiero forzar demasiado. Las rodillas tienen que aguantar hasta el final. La pendiente disminuye y durante 1800 metros descendemos al 7%. Ya estamos en la Máquina. Kilómetro 49,7. Ya sólo quedan 12 kilómetros. Esta siendo duro pero la meta se ve más cerca. Un buen control nos espera y sobre todo mucha gente. Llevamos casi 7 horas de carrera. Preguntamos a los miembros de la organización y nos comentan que viene una parte muy dura de gran pendiente y que nos hidratemos y comamos algo antes de salir. Pensando en los 12 kilómetros que nos faltan le comento a mi compañero que podemos bajar de las 8 horas si nos apresuramos. Un chico de la organización me lo afirma. Él cree que sí que estamos por debajo de las 8 horas. Sin casi coger nada más que un plátano y más frutos secos echo un trago a mi botellín sin antes rellenarlo. Error. 

Nos unimos a un chico más. De Bilbao. Nos comenta que va un poco mal de piernas. Parece ser que estamos todos igual. Decidimos tomarnos unos 400-500 metros de descanso andando rápido donde comentamos un poco nuestras sensaciones. Las piernas parecen que no quieran arrancar pero tenemos que ponernos en marcha si queremos conseguir bajar de las 8 horas. Trotamos. Alcanzamos a otro chico con calambres. Paramos a atenderle y estiramos un poco. Los cuatro iniciamos la carrera. Pasamos por el barranco de Ballesteros y subimos por la Fuente Alamillo hasta el corral del Gato. Cruzamos las Salinas por senda. No consigo aguantar el ritmo de mis compañeros y pido agua a uno de ellos porque me he quedado sin. Una fuerte subida del 50% me rompe las piernas y decido parar. Me adelanta un corredor y una corredora. Me preguntan si estoy bien. Sí. Decido seguir. Me meto en la boca como puedo un trozo de chocolate y continuo subiendo. Veo cada vez más lejos a mis últimos compañeros pero intento alcanzarlos. Llegando a la Balsilla consigo verlos y en el control que marca el kiómetro 55,3 me reúno con ellos. Buff. Relleno el botellín. Doy 2 buenos tragos de agua. Y lo vuelvo a rellenar. Me echo un poco de reflex. Estiro rápido. Necesito recuperar. Si nos damos prisa bajamos de las 8 horas. Nos lo confirma un miembro de la organización. ¡Estamos por debajo de las 8 horas! ¡Vamos! Partimos.



Sólo quedan unos 6 kilómetros y el estómago me empieza a pasar factura. Me vuelvo a poner los auriculares. Necesito no pensar en el dolor. No puedo. Me sigue doliendo y cada vez más fuerte. Ufff. No aguanto. Le comento a mi compañero de Bilbao que voy a parar. Nos citamos en la meta. Le deseo suerte. Necesito vaciar el estómago. Me retiro junto a unos árboles, algo alejados y procedo. Parece ser que estoy mejor. Me incorporo y vuelvo a la carrera. Pero cuando llevo alrededor de 5 minutos vuelven los dolores. Me obligan a parar. Después de una segunda vez parece que ya es la última pero no...una tercera me vuelve a obligar a parar. Ya me doy por vencido y pienso que el bajar de 8 horas va a ser imposible. Intento relajarme y una vez me incorporo a la carrera intento mantener el ritmo de un corredor que muestra síntomas de calambres. Le pregunto. Me dice que se le engarrotan las piernas y que lleva 20 kilómetros parando cada dos por tres. Intento seguirlo pero se ve mejor y apreta. Le pregunto por el pueblo y me dice que lo veré dentro de nada. Me quedo detrás e intento coger el ritmo de otros dos corredores. Me vuelvo a poner la música. Con ellos me mantengo bien y cómodo. Hablamos. Reímos hasta llegar a Chiva. Una vez dentro del pueblo nos recibe la gente. Ánimos y aplausos nos facilitan la llegada al Ayuntamiento. Me quito los auriculares para escuchar el jolgorio. ¡Qué sensación! Cansado pero satisfecho. El crono marca 8 horas y 17 minutos. Levanto las manos y me digo: ¡Sí! Recibo el diploma con la marca y la posición general y por categoría. Me dirijo hacia el control. Me encuentro a mis compañeros de carrera. Los saludo, los felicito y me despido de ellos. Ahora toca recuperar. Paella, macarrones, postres y bebidas. Pido uno de macarrones, 2 aquarius y un yogurt griego. Saco el cortavientos de la mochila y me lo coloco. Me quito las zapatillas y me bajo las calzas. Me siento y empiezo a comer. No entra mucho pero debo comer. Ha sido una carrera dura pero magnífica. 3000 metros de desnivel positivo con subidas y bajadas constantes. He sufrido en muchos tramos pero sin sufrimiento no se disfruta. Al fin, contento y satisfecho. Eso sí, necesito descansar. 




Agradecimientos a:

La Organización
Al Club Atletismo Marjana de Chiva
Al gran speaker que tuvimos
A la gente por los ánimos
A los demás corredores por compartir buenos momentos
A toda la gente de los controles
A la orquesta en lo más alto de la cima
A todos...





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